Algún lugar de
Tir na nOg, algún día del año del Señor...
...de mil
novecientos noventa y ocho...
Diario de un Caballero III...
Maldito diario... ¿por qué...?
Hoy la soledad de mi alma, llora amargas lágrimas que se dibujan y asoman por mis pequeños ojos...
Te odio diario... te odio...
¡Nooo!... realmente me odio a mi mismo...
Hoy terminará otro ciclo... la Luna se va... la Luna se marchará como cada noche... y no podré seguirla... la dejaré marchar...
Esta noche no me asomaré a la ventana... no la miraré... no la buscaré... no puedo... la dejaré marchar... la añoraré y la lloraré... ¡mierda...! ya la estoy llorando...
La vida es un ciclo... siempre igual... siempre viviendo lo mismo una y otra vez...
Hoy pienso en que ella partirá... y entonces es cuando una lágrima comienza a nacer en mis ojos... Tengo muchas cosas que agradecerle, más de las que ella es capaz de imaginar...
Supongo que nunca podré expresar en palabras la impresión que me causó...
Recuerdo cuando nos encontramos... y ese abrazo que me dio...
Quizás soy poco expresivo en ocasiones... quizás demasiado tímido... quizás me protejo demasiado... hablo poco... pero ese abrazo habría sido razón suficiente para conocerla...
Quisiera hacerle saber que es una buena persona, mejor de lo que la mayoría llegaremos a ser en esta y en otras vidas... si puedes escuchar, allí donde estés, las palabras que salen de mi corazón, sabrás que lejos, muy lejos de ti, alguien tiene siempre un pensamiento para ti, cada día.
Querido diario, ¿sabes que estoy llorando? Sí... los caballeros también lloramos... y parece que últimamente estoy más sensible de lo que acostumbro a estar... lo siento... la vida es un ciclo que se repite, y llegará el momento en que nos volveremos a encontrar, los dos... ...en el bosque...
Querido diario, me alegro de haberla conocido... y espero volver a verla... me gustaría que fuese en esta vida, pero esperaré el tiempo que haga falta, las vidas que haga falta para reencontrarla...
Querido diario... hasta siempre...
“Deja que tu dulce morada se ilumine con el brillo
de las estrellas y la melancólica luz de la luna,
y que el Sol derrame sobre ti sus esplendorosos rayos
cuando temas la permanencia de la oscuridad.
Acepta que la tierra te acoja en su seno,
que el serpenteante viento acaricie tu rostro,
que las aguas limpien y purifiquen tu cuerpo
y que el fuego te seque con su poder divino.
Sólo entonces vivirás en armonía con la naturaleza”
Slán agat, mo chairdre
El último Caballero Samurai...
“...y la Luna se marchó como cada noche...
...y no pude seguirla...
...y la dejé marchar...”
Mi corazón, un día, tuvo un ansia suprema,
que aún hoy lo embriaga cual lo embriagara ayer...
Quería aprisionar un alma en un poema,
y que viviera siempre... Pero no pudo ser.
Mi corazón, un día, silenció su latido,
y en plena lozanía se sintió envejecer...
Quiso amar un recuerdo más fuerte que el olvido
y morir recordando... Pero no pudo ser.
Mi corazón, un día, soñó un sueño sonoro,
en un fugaz anhelo de gloria y de poder...
Subió la escalinata de un palacio de oro
y quiso abrir las puertas... Pero no pudo ser.
Mi corazón, un día, se convirtió en hoguera,
por vivir plenamente la fiebre del placer...
Ansiaba el goce nuevo de una emoción cualquiera,
un goce para el solo... Pero no pudo ser.
Y hoy llegas tu a mi vida, con tu sonrisa clara,
con tu sonrisa clara, que es un amanecer...
y ante el sueño más dulce que nunca antes soñara,
quiero vivir mi sueño... Pero no puede ser.
Y he de decirte adiós para siempre, querida,
sabiendo que te alejas para nunca volver,
quisiera retenerte para toda la vida...
Pero no puede ser... Pero no puede ser...
(José Ángel Buesa)
(José Ángel Buesa)
(30-Mayo-1998)