Algún lugar de Tir na nOg, algún día del año del Señor...
...de mil novecientos noventa y ocho...
Diario de un Caballero II...
Querido diario...
Anoche a pesar de mis angustias fui feliz...
Por una parte tengo ese sabor dulce de los encuentros... ese sabor dulce de saber que hiciste lo que tenías que hacer... no sé explicarlo... sencillamente, fui feliz...
Pero también tengo ese sabor agrio de las despedidas... ese sentimiento, casi esa certeza de que nunca más nos volveremos a encontrar... esa extraña sensación de que algo quedó sin acabar, como... como si hubiese dado más pasos de los que debía, como cuando entras en un lugar equivocado y te das cuenta de que no era ahí donde querías ir. Tengo esa extraña sensación, como si algo no hubiese acabado, como si hubiese quedado inconcluso. Y esa sensación me acompaña hoy todo el día.
Bueno, supongo que los que me conocen entenderán ahora lo que los ingleses llamarían “Bard mood”, humor de Bardo... tan pronto alegre como triste, tan pronto de broma como serio.
Tan cambiante como el clima de Irlanda... tan imprevisible...
Esta noche voy a tener tiempo de pensar hasta que llegue la hora... Pensaré en estos días... aunque ya pensé mucho esta mañana y esta tarde...
Creo que ya te dije, querido diario, que tengo la sensación de que dejé algo sin hacer... y no me preguntes el que, pienso que ni siquiera yo lo sé exactamente.
Querido diario, ahora son casi las 00:00, la hora de las brujas. Estoy en el Bosque de las Hadas. Me gustaría perderme en él. Sólo por esta noche. Quizá podría encontrar un hada que me diese todo lo que llevo tanto tiempo esperando. Pero creo que no va a ser posible. Sólo podré estar una hora en el Bosque. Es igual. Después supongo que me iré... para hacer tiempo y para seguir pensando... ...pero eso ya es otra historia.
Querido diario, siento ese sabor agridulce en la boca. No quiero irme, no quiero quedarme... o tal vez sí... depende...
Bueno, escucho voces que se acercan, quizá sean hadas que vienen para llevarme de vuelta a Tir na nOg...
Querido diario, hasta mañana...
Anoche a pesar de mis angustias fui feliz...
Por una parte tengo ese sabor dulce de los encuentros... ese sabor dulce de saber que hiciste lo que tenías que hacer... no sé explicarlo... sencillamente, fui feliz...
Pero también tengo ese sabor agrio de las despedidas... ese sentimiento, casi esa certeza de que nunca más nos volveremos a encontrar... esa extraña sensación de que algo quedó sin acabar, como... como si hubiese dado más pasos de los que debía, como cuando entras en un lugar equivocado y te das cuenta de que no era ahí donde querías ir. Tengo esa extraña sensación, como si algo no hubiese acabado, como si hubiese quedado inconcluso. Y esa sensación me acompaña hoy todo el día.
Bueno, supongo que los que me conocen entenderán ahora lo que los ingleses llamarían “Bard mood”, humor de Bardo... tan pronto alegre como triste, tan pronto de broma como serio.
Tan cambiante como el clima de Irlanda... tan imprevisible...
Esta noche voy a tener tiempo de pensar hasta que llegue la hora... Pensaré en estos días... aunque ya pensé mucho esta mañana y esta tarde...
Creo que ya te dije, querido diario, que tengo la sensación de que dejé algo sin hacer... y no me preguntes el que, pienso que ni siquiera yo lo sé exactamente.
Querido diario, ahora son casi las 00:00, la hora de las brujas. Estoy en el Bosque de las Hadas. Me gustaría perderme en él. Sólo por esta noche. Quizá podría encontrar un hada que me diese todo lo que llevo tanto tiempo esperando. Pero creo que no va a ser posible. Sólo podré estar una hora en el Bosque. Es igual. Después supongo que me iré... para hacer tiempo y para seguir pensando... ...pero eso ya es otra historia.
Querido diario, siento ese sabor agridulce en la boca. No quiero irme, no quiero quedarme... o tal vez sí... depende...
Bueno, escucho voces que se acercan, quizá sean hadas que vienen para llevarme de vuelta a Tir na nOg...
Querido diario, hasta mañana...
“Deja que tu dulce morada se ilumine con el brillo
de las estrellas y la melancólica luz de la luna,
y que el Sol derrame sobre ti sus esplendorosos rayos
cuando temas la permanencia de la oscuridad.
Acepta que la tierra te acoja en su seno,
que el serpenteante viento acaricie tu rostro,
que las aguas limpien y purifiquen tu cuerpo
y que el fuego te seque con su poder divino.
Sólo entonces vivirás en armonía con la naturaleza”
de las estrellas y la melancólica luz de la luna,
y que el Sol derrame sobre ti sus esplendorosos rayos
cuando temas la permanencia de la oscuridad.
Acepta que la tierra te acoja en su seno,
que el serpenteante viento acaricie tu rostro,
que las aguas limpien y purifiquen tu cuerpo
y que el fuego te seque con su poder divino.
Sólo entonces vivirás en armonía con la naturaleza”
Slán agat, mo chairdre
Saikio Shore...
El último Caballero Samurai...
El último Caballero Samurai...
1.998
“...y la Luna se acercó a mi... y me miró... y me dijo...:
-acompáñame...
...y yo... ...la acompañé...”
-acompáñame...
...y yo... ...la acompañé...”
(16-Mayo-1998)
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