"MI REFUGIO... EL REFUGIO DEL GUERRERO..."

"MI REFUGIO... EL REFUGIO DEL GUERRERO..."

Tengo un poco de Amergim, hijo de MIL... a veces Guerrero, otras Bardo, Druida, Juez ó Poeta...Supongo que los que me conocen entenderán lo que los ingleses llaman "Bard mood", humor de Bardo... tan pronto alegre como triste, tan pronto de broma como serio.

Tan cambiante como el clima de Irlanda... tan imprevisible...

De nuevo abro las puertas de mi corazón al mundo... porque las puertas de mi alma... ya están rotas...


RESURGIENDO... (OTRA VEZ...)

RESURGIENDO... (OTRA VEZ...)


Después de casi un año que dejé olvidado este bloc, regreso a la carga...

...poco a poco iré añadiendo mis "Pensamientos en Voz Alta...", mis "Paranoias...", aquellas letras que desde hace más de una década fueron llenando las páginas de un libro que nunca vio la luz...

Hoy de nuevo, la luz del recuerdo me invade, y a pesar de lo que piensen u opinen de mi aquellos que me conocen, no voy a guardar por más tiempo mis pensamientos...

Junto a mis "Pensamientos..." (a mi me gusta llamarlos "Paranoias..."), añadiré de vez en cuando relatos de otros autores (firmados, por supuesto) que me han llamado la atención en alguna ocasión.

Espero sepan leer mis "paranoias", pues a veces son pensamientos que sólo expresan sentimientos sin sentido, otras sólo son fantasías sin ningún enlace con la realidad, pero en todas ellas expreso algo entre líneas...


...es una suerte para aquellos que son como yo... (cobardes...), lo que se puede llegar a decir a través de las letras.


Hasta muy pronto...

Dewa Matta...

sábado, 21 de agosto de 1999

El Cristal...

El Cristal...


Su mente era una quimera. Los recuerdos se agolpaban en su cabeza. Eso nunca le había pasado. Es más, si alguien se lo hubiera dicho se habría reído de la ocurrencia... ¿enamorarse de un sueño...?

Eso es imposible.

Ahora se encontraba atrapado. Atrapado por un sueño que existe pero que no podía alcanzar. Vagaba por la calle taciturno, sin rumbo... su meta era inalcanzable.
De vez en cuando se paraba echando sus manos al rostro, como no queriendo ver la realidad. Soñaba en poder estar con ella, en acariciar sus mejillas, en besar sus labios. La veía en todos los sitios pero no la podía coger entre sus brazos.

¿Por qué te escapas mi amor...?, repetía una y otra vez.
Soñaba despierto en poder alcanzar esa meta tan lejana, en poder recoger su sueño y guardárselo consigo para siempre...

Era tarde.
O quizás, demasiado pronto.
Sus amigos le decían que se olvidara, que eso no era real, que era producto de su imaginación, que con el tiempo pasaría. Pero el renegaba de todos y no quería escucharles. ¡Qué sabían ellos de eso!.
El se resignaba a creerles.

Mientras tanto el tiempo pasaba. Los calores de ese verano iban cediendo espacio a las hojas amarillas y lánguidas del otoño.
Y mientras tanto, todos los días él se asomaba a un trocito de cristal por el que se veía el exterior. Era un trocito pequeño, minúsculo comparado con las cosas que se podían ver a través de él. Era un cristal extranjero, japonés o chino o algo de eso, con una lucecita verde que destellaba cuando se encendía para mirar a ese exterior maravilloso lleno de sentimientos.

Y así sigue. Mirando a través de ese cristal esperando que algún día llegue su amada y pueda junto con ella... compartir la eternidad...

Saikio Shore...
...El último Caballero Samurai...

(21-Agosto-1999)

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